Es imposible finalizar la vida sin que un esfuerzo no sea compensado, sin que algún amigo te decepcione, sin que algo salga peor de lo esperado, sin perder a alguien, sin conocer a alguien más.. Sin embargo, lo importante no es que nos suceda sino como reaccionemos ante ello. Si ante un dolor y un fracaso, nos quedamos con lo negativo, con lo que nos duele, con lo peor; nunca podremos saber lo que sigue, lo que merece la pena conocer. Uno crece, cuándo deja de lado al dolor y al fracaso y cuándo ya no hay vacío de esperanza, ni pérdida de fé, ni debilidad de voluntad. Uno crece, cuándo accepta la realidad y cuándo aprende a vivirla tal como se nos presenta. Uno crece cuándo asimilamos las casualidades, los disgustos, y cuándo aprendemos a adaptarnos a cambios. Uno crece sabiendo lo que deja atras, y construyendo lo que le queda por delante. Uno crece cuándo se atreve a imponerse a sí mismo metas aún sabiendo que podremos no alcanzarlas, cuándo nos levantamos temiendo volver a caer. Uno crece cuándo se enfrenta a la vida, dándo más de lo que recibe, ayudando sin ser ayudado, cuándo se planta para no poder retroceder. Uno crece cuando sólo se busca avance, cuándo se aprende a dejar lo que ha pasado en el pasado, cuándo nos damos cuenta de que lo único que podemos cambiar es el futuro..
entonces, uno crece.
muy profundo, usa :)
ResponderEliminarAunque :"Al dolor hay que dejarlo crecer, para que pronto madure y después se marchite"